martes, 6 de mayo de 2008

DEFINICION DE PERIODISMO

Por Antonio Alonso.

Según Carlos Marín, en su "Manual de Periodismo":


"El periodismo satisface la necesidad humana de saber qué pasa en su localidad, su país y en el mundo, así como de conocer hechos, declaraciones y reflexiones de interés público. Los buscadores de información periodística -informadores e informados- se interesan por lo que sucede y repercute o puede repercutir en la vida personal o colectiva."

Asímismo, dice que "la búsqueda de información, el procesamiento y la difusión de los hechos, así como su valoración, hacen del periodismo una disciplina básicamente intelectual -en cuanto que induce y conduce al conocimiento y comprensión del acontecer social-, que se expresa con palabras e imágenes".

Concluye: "lejos de ser un trabajo desinteresado e imparcial, el periodismo constituye una manifestación de la lucha de clases, de los intereses económicos y políticos que representa cada empresa periodística, y aún de las diversas posiciones que se da dentro de cada institución informativa. El tratamiento de los hechos periodísticos expresa un modo de percibir y analizar la realidad: proyecta una postura frente a los hechos"... "El periodismo se ocupa de la cosa pública, del acontecer social, de los personajes y hechos que protagonizan y determinan la vida colectiva en sus niveles locales, nacionales e internacionales".




jueves, 1 de mayo de 2008

¿Cuál es el buen camino para el docente?

Por Celia Rosado Romero[1]

Hablar de una definición de la educación resulta extremadamente difícil pues cada teórico busca, a través de su inclinación humana, religiosa o política su interés u objetivo. Herbard dice que sólo tiene valor, la educación, si tiende a fines morales. Kant plantea que debe lograr el perfeccionismo del hombre. Hegel con un profundo sentido religioso como fin la elevación de los valores en los educandos. Conte infunde un carácter científico pero marca sus fines en la formación de un hombre apto para enfrentar la sociedad. John Stuart Miles que plantea que el fin de la educación es conservar las conquistas de la civilización y aun superarlas en lo posible. Dewey plantea que la educación es un instrumento de reconstrucción social, política y moral.

Analizar las conceptualizaciones de los mencionados y los demás especialistas nos remonta una aun laberinto de objetivos, metas y fines de la educación, más el docente centra su interés no sólo en las teorías o conceptos de educación, sino en su papel como gestor de la misma. Reflexionar sobre su quehacer, es la preocupación mediata e inmediata. Martin López Calva lo pone en ese camino.

Para cualquier maestro recibir la satisfacción de haber contribuido al mejoramiento intelectual, personal y sobre todo académico de sus alumnos es halagador, no sólo como apoyo a su ego sino porque se sabe que se está en el buen camino.

La interrogante sería ¿cuál es el buen camino?, ¿siempre se está en el buen camino?, ¿si podemos, todo el tiempo, satisfacer las expectativas de nuestros alumnos?

Martín López Calva pone a reflexionar sobre los conceptos de educación, docencia y desarrollo humano, tres elementos que involucran el quehacer de un docente

Así él habla de tener una filosofía de la vida, como parte de la docencia; efectivamente eso es, una actitud ante la vida. Ser docente obliga a ser congruentes con el hacer y con el decir. No se puede enseñar en las aulas y no actuar en la misma línea. Contradecirse sería confundir a los estudiantes en que camino seguir.

Lo pondría en la disyuntiva de: hacemos lo que nos dice o lo que él hace. El viejo adagio de los abuelos de “haz lo que te dijo, no lo que yo hago”, no es funcional para los estudiantes. Se enseña y se pregona con el ejemplo, más que con las palabras.

¿Por qué? La respuesta la da López Calva, porque educar es contribuir al desarrollo de una persona en forma integral. Dar una serie de valores involucrados en su conocimiento, es decir, guiarlos intencionalmente a través de una cadena de conceptos, desde una perspectiva real y humana para que se integren a la sociedad y contribuyan a su mejoramiento.

Así, la educación, donde los docentes son uno de los protagonistas, se marca desde la infancia pero se acentúa y se le da sentido en la escuela, ahí es el núcleo donde madura el ser y se define en su libre albedrío para seleccionar lo que habrá de integrar a su modo operativo en la vida.

Se debe recordar que las preguntas de los alumnos se dan con una intención a partir de una ignorancia reconocida, a lo que el docente debe saber que responder, porque es sabedor de que ese conocimiento quedará permanente en el estudiante como parte de su formación.

Bajo este esquema el docente se encuentra con dos alternativas en su quehacer: enseñar el por qué del saber y el saber hacer. Teoría y praxis de la mano. No se puede desligar una de la otra, el tratar de hacerlo convierte a un maestro sólo en un docente parcial y al alumno en un estudiante inacabado.

Volvemos a una de las preguntas iniciales ¿cuál es el camino? La respuesta tentativa sería: trasmitir conocimientos buscando trasformar ese conocimiento, para que posteriormente lo ponga en la práctica cotidiana, con el objetivo de mejorar su entorno y asimismo.

Suena utópico, ¿pero no todos los ideales del ser lo son? Sin embargo, si partimos de esa premisa podemos decir que se anda en el buen camino, pues se reflexiona, se auto critica y se auto valora.

Buscar la perfección de un docente es la forma equivocada de llevar al mismo a una práctica real, al contrario las virtudes y defectos lo ponen en el mismo plano que sus estudiantes y lo motiva a un mejoramiento personal que trasmitirá a sus alumnos; así, los juicios de verdad y de valores podrá sopesarlos en igualdad de condiciones para darles su justo medio y lo hará creíble ante sus estudiantes.

Las experiencia de un docente en el campo profesional apoyan esa formación que se le desea dar al alumno, pues sus juicios, significados y valores, aprendidos en el conglomerado en que se desarrolla, le servirán como un reflejo que trasmitir y así le darán credibilidad ante los ojos de los que están frente a él buscando su desarrollo personal, no como ejemplo, sino como estímulo a seguir.

Por lo tanto, en la búsqueda de una pedagogía real y humana lleva a clasificar a los alumnos en estudiantes en proceso de formación. Lo importante y significativo es que no existe un modelo ideal a seguir sino que se dará a cada uno lo que demanda bajo una guía congruente acumulativa y progresiva, esa es la postura de Martín Calva.

Interesante perspectiva que echa abajo toda una teoría tradicionalista que se fundó en la disciplina incuestionable para darle cabida a la razón y la libertad, pero sin perderse en el desorden y en el libertinaje, Una escuela que hasta este siglo todavía prevalece, en algunas universidades, y que convierte a un docente en el trasmisor de conocimiento pero sin la búsqueda de crear conocimiento. Lo que habrá de cambiar para integrar al país en el nuevo mundo y en este nuevo milenio.

Hoy en la reflexión de responder a las demandas de una sociedad más exigente con un proyecto histórico real y justo, obliga a dejar atrás el tradicionalismo, que en su época funcionó para salir de la marginación, para integrarse a una educación auténtica apegable a las demandas actuales de desarrollo e integración social.

Por ende, un maestro que se denomine constructivista, en un nuevo modelo a seguir, no permite una ruptura entre la teoría y la vida, ni hace gala de un lenguaje academicista, sino que ajusta su forma de hablar a un lenguaje académico que no impida al estudiante construir sus propios modelos de la realidad, que no se confunda con palabrerías raras y sin sentido. Crea comportamientos autónomos antes que heterónomos. Enseña en torno a problemas y no por contenidos.

A lo que habrá de concordar con Paulo Freire cuando estable, que las teorías de la educación tienen la estructura de teorías prácticas, o sea, que garantizando determinado objetivo educativo deseable, la teoría recomendará determinados procedimientos para conseguir ese objetivo.

En primer lugar, habrá un supuesto acerca del fin o de los fines. Sin olvidar que la educación es un recurso que la sociedad utiliza para conseguir determinados metas que considera deseables. Por lo tanto, toda teoría de la educación implicará determinados presupuestos valorativos.

Consecuentemente, la formación de un humano, desde la perspectiva de la educación, es que éste vaya descubriendo que irá formándose en la historia que le corresponde forjar. Será a través de sus potencialidades, como establece Martín Calva. Elaborando paso a paso un proyecto de vida, un proyecto histórico posible que vaya respondiendo a las exigencias y desarrollos de estas potencialidades

Si se pretende corresponder a lo que conlleva López Calva, seguramente parecerá imposible, sin embargo, la motivación a la reflexión sobre la filosofía de la educación nos lleva a desmitificar la práctica docente para tornarla real y objetiva, con posibilidades ilimitadas de buscar modelos acorde a las necesidades que se plantean en el momento social que prevalece.

Ante ello, habrá que partir de supuestos filosóficos, teológicos y antropológicos, para determinar cuál sería la teoría pedagógica para aplicar, en concordancia, a que ser humano formamos con sus necesidades y potencialidades.

Actualmente, el Siglo XXI presenta un mundo convertido en una aldea, e igualmente presenta múltiples facetas que van desde la opulencia a la hambruna, con un mosaico rico en disparidades étnicas y por consiguiente con demandas diversas, por eso habrá de considerarse que el ser humano es un ser inacabado, en perenne formación, en la búsqueda continua de satisfacerse.

Con ese paradigma la educación se cimenta. Descubriendo nuevos modelos a seguir siendo el enfoque constructivismo el que hasta ahora a respondido a esa necesidad, para que los educadores puedan desarrollar nuevas actitudes pedagógicas y docentes, siempre y cuando lo tomen como un estilo de vida, una posición frente al conocimiento y no como un discurso estéril e inaplicado

Los docentes, en ocasiones, se llevan por la moda o por lo que las políticas educativas oficiales señalan pero no aplican el constructivismo sino que disfrazan su modelo mediante la Didáctica, pero sin la filosofía de la misma, lo que aplica a un discurso estéril e inaplicado.

Establecen la memorización con la argumentación de que a través de ella se llega al conocimiento de los “grandes pensadores” pero no para la búsqueda de crear nuevo cocimiento sino para su repetición con el equivoco de ser “la verdad única”, es a ellos que Martín López Calva centra su reflexión, pues los pone a escribir sobre sus experiencias con la expectativa que mediante estos documentos se vean reflejados y tomen conciencia de lo que verdaderamente desean ser como docentes.

Como corolario señalamos que en el tema de educación, docencia y desarrollo humano obliga, López Calva, a la clarificación de las ideas y conceptos de los tres elementos para entender a quién va dirigido el proceso enseñanza-aprendizaje. Afirmarse en cuál paradigma está centrado y por último su expectativa consigo mismo en su práctica docente.

Referencias

López Calva Martín. El docente universitario y sus exigencias de trasformación. Doctor en Educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala

Lacquaniti Luis.2004. Un ensayo más sobre el docente en busca de nuevas perspectivas

Salmerón Fernando.2001. Escritos sobre la Universidad, México. UAM-UNAM.

Zabalza Miguel Ángel.2002.La enseñanza universitaria. Madrid. Nancea



[1] Docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Universidad Veracruzana