jueves, 26 de junio de 2014

Política de privacidad.


Por Antonio Alonso.

Todos hemos visto, en alguna ocasión, los anuncios televisivos o radiofónicos acerca de la protección de los datos personales y los anuncios de privacidad con que deben contar quienes soliciten nuestra información particular.

La ley obliga a las instituciones públicas y privadas a hacer público un aviso de privacidad en que aclare para qué se usarán sus datos personales y contra qué se protegerán.

¿Crees que las empresas e instituciones gubernamentales cuidan la confidencialidad de su información personal? ¿Crees que tienen el cuidado necesario? ¿Tienes el cuidado necesario con sus datos personales?


Así es, no sólo las instituciones públicas y privadas, sino uno mismo es quien debe cuidar a quién le proporciona algún dato, por insignificante que sea. Posiblemente has llenado un talón de alguna rifa o sorteo, prestado tu firma y nombre para alguna denuncia ciudadana, o incluso entregado una copia de su credencial de elector o comprobante de domicilio al contratar algún servicio. ¿Qué tanto publicas en tus redes sociales?

Nuestra información tiene un valor económico, quizás no para uno, pero sí para otros. Además, puede afectar la seguridad personal o familiar el qué tanto se sepa de uno.

Por un lado, están las empresas de mercadeo, a quienes les sirve ésta información para algún estudio o promoción. Los lugares que visitas con frecuencia, el modelo del teléfono con que se toman las fotos, lo que uno come, lo que uno escucha, lo que nos gusta o disgusta, el lugar donde se estudia o donde se reside, color favorito, mascotas, autos, etcétera. Las redes sociales son el principal proveedor de información personal en lo que va del siglo.

¿Sabes cuánto cuesta tu información personal? En Tepito llega a costar hasta cincuenta mil pesos una base de datos del padrón de electores completo del IFE (ahora INE). El cómo lo consiguen es otra cuestión.

Si alguna vez se te has preguntado por qué le llega tanta publicidad indeseada y personalizada a tu domicilio o correo electrónico, con seguridad alguien posee tus datos. Nombre, domicilio y correo electrónico. Y si a esto le sumas un directorio telefónico de dispositivos fijos o celulares, alguien podría darte un susto.

Por otro lado, las instituciones bancarias tienen la información completa, nombre, dirección, teléfono, capital, límite de crédito, en qué gastas y dónde.

Internet es asunto aparte. En cuanto uno acepta el contrato para abrir una cuenta de redes sociales, se ceden los derechos de la información que se publica, así como fotografías y datos generados. Una sola foto puede ofrecer más información de la que aparenta.

Tu rostro también es un dato privado, y son conocidos los casos en que algún diseñador deshonesto toma alguna fotografía o video y los convierte en pornografía, lo que afecta la imagen personal y, en ocasiones, termina como un caso de bullying.

Google, por ejemplo, sabe lo que ves en internet y lo que mandas por correo. De pronto, esas visitas tuyas a las páginas porno ya no son tan seguras.

Hacia finales de la década pasada, Alemania proponía que las cuentas de redes sociales y la información que en ellas se ofrece se empleen como “tarjeta de presentación”, lo que puede ser muy práctico si uno cuida lo que publica –o devastador si no-.

Pero este año, en España, se promovió la llamada “Ley de Olvido”, que permite a las personas residentes de la Unión Europea solicitar que la información irrelevante o perjudicial acerca de ellos, publicada en internet, sea suprimida.

Los datos personales pueden convertirse en un asunto de seguridad. Hay quienes los venden y no sabemos a qué clase de personas; y, al parecer, tampoco sabemos la calidad moral de los individuos a quienes les confiamos nuestros datos. Puede ser desde una simple llamada telefónica para ofrecer un producto hasta una extorsión en que den salto y seña  sobre nosotros y nuestras familias. Entre otros muchos casos.

Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la era digital, nos estamos volviendo “transparentes”. Otras personas pueden vernos y saber quienes somos, como si se tratara de una carpeta abierta, clasificada en varias categorías.

¿Cómo te sentirías si el colegio hiciera públicas tus exámenes con sus calificaciones? ¿Qué tal si el servicio médico diera a conocer tu historial de salud o de repente te llegue publicidad “exclusiva” de tus artistas o marcas de ropa favoritos? ¿O que Hacienda haga públicas tus deudas, Facebook tu lista de amigos y la telefónica tu lista de contactos frecuentes?

Ya no te sentirías tan seguro, ¿verdad?

Cuida tu información personal, fíjate bien a quién se la das. No uses las redes sociales ni internet tan a la ligera. Exige la declaración de privacidad a quien te pida tus datos personales.


domingo, 15 de junio de 2014

¡Soylent Green está hecho de gente!

Por Antonio Alonso.


“¡Soylent Green está hecho de gente!”, gritaba Charlton Heston hacia el final de la película Cuando el Destino nos Alcance (Soylent Green, 1973). En un futuro posible, plantea la película, allá por el 2022, la Tierra está sobrepoblada, árida y deforestada, y es regida por una pequeña élite que controla la política y la economía, además de ser el único sector que tiene libre acceso a productos como carne y vegetales, agua potable y medicinas.

La única fuente de alimentación para el resto del mundo, que vive amontonado, sigue el argumento, son el Soylent Yellow y Soylent Red,basados en concentrados vegetales. Luego aparece Soylent Green, basado en plancton.

Las personas morían por montones en la calle, ya sea por hambre o enfermedad, y grandes grúas se dedicaban a recoger los cuerpos para transportarlos a fosas comunes, según decían las autoridades, por la falta de espacio.

Heston, en el papel de detective, intenta solucionar un asesinato para encontrar al final que la empresa Soylent y su producto, Soylent Green, eran un gran engaño. Soylent Green estaba hecho con los cuerpos que recogían de la calle, transformados en crujientes galletitas verdes con los que alimentaban a todo el mundo. Una referencia a esto la tenemos en la película Cloud Atlas, en la escena del barco en Corea del Sur.

¿Suena familiar el panorama que se plantea? Pareciera que vamos para allá. Desde 2013, el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF), aseguró a través de un estudio que el consumo mundial de recursos naturales superan lo que la Tierra puede renovar. En ese mismo año, durante un periodo de ocho meses, la humanidad consumió todos los recursos que la naturaleza puede producir en un año, asegura WWF.

El pasado 23 de abril, Día Mundial de la Madre Tierra, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dio otra alerta, diciendo que la tasa actual de consumos naturales es insostenible, para lo que se necesitaría un cambio urgente en las actitudes  y políticas de todos los pueblos, invirtiendo más en energías sostenibles.

El Presidente de la Asamblea General de la ONU, John Ashe,aseguró que esta estrategia global “debe promover una firme ética medioambiental y enfatizar la interconexión de la humanidad con la naturaleza.

WWF menciona que algunas de las políticas públicas aplicables a ese fin podrían ser  el ofrecimiento de un transporte público de buena calidad y menos contaminante, la construcción de ciclovías y el estímulo al consumo responsable.

Por su parte, la Secretaria General de WWF Brasil, aseguró que “mientras ello no ocurre, nosotros podemos hacer nuestras opciones recordando que nuestro planeta es finito, así como nuestra cuenta bancaria”.

Jim Leap, Director General del mismo organismo, remarcó el uso sostenible de los recursos naturales, pues  "Para asegurarles un futuro limpio y sano a nuestros hijos, es necesario preservar el capital natural que nos queda y cuidar mejor al planeta al que llamamos hogar".

Una muestra drástica del deterioro de la Tierra es, por ejemplo, la pérdida anual de más de 200 mil toneladas de hielo tan sólo en Groenlandia. Michelle Thaler, científico de Centro de Vuelo Espacial de la base Goddard de la NASA, aseguró que el derretimiento de los glaciares acelera la subida en el nivel del mar a un ritmo de dos milímetros por año entre 1971 y 2010. Ésto es, agua no consumible que causará graves daños.

La Tierra puede alcanzar los 9 mil millones de habitantes para el año 2050 y la economía global consumirá cada vez más recursos narutales, aletra Achim Steiner, Subsecretario General de la ONU durante el informe del panorama ambiental de 2012. "Si continúan las actuales tendencias, si prevalecen los actuales patrones de producción y consumo de recursos naturales y no pueden ser revertidos, entonces los gobiernos presidirán durante niveles sin precedentes de daño y degradación", señaló Steiner.

Para el año 2050, asegura WWF, se necesitarán los recursos completos de tres planetas Tierra para atender las necesidades de la población;esto sin considerar que la salud de los ecosistemas ha decaído en más de 30%desde 1970.

Un ilustrativo ejemplo para comprender la enorme cantidad de agua que necesitamos para mantener nuestro ritmo de vida actual. Para conseguir un café servido en un vaso desechable son necesarios 140 litros de agua. Si le añadimos azúcar y leche, aumenta a 200 litros.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cambio climático puede dejar un severo daño económico dehasta 2% anual del Producto Interno Bruto para el año 2100, si las temperaturas aumentan un promedio de 2.5 grados. Lo anterior es muy posible, pues los actuales modelos sugieren que las emisiones de gases que producen el efecto invernadero podrían duplicarse durante los próximos 50 años.

Evidenciamos, así, que la ciencia ficción es casi profética, nos encargamos de hacer que la magia del cine se vuelva realidad, sin importar cuán oscura sea la historia que nos cuenten.

A ese ritmo, quizás terminemos consumiendo el único recurso que quede sobre la Tierra, nosotros, hechos galletitas; y quizás ni nos demos cuenta.