Por Antonio Alonso.
“¡Soylent Green está hecho de gente!”, gritaba Charlton Heston hacia el final de la película Cuando el Destino nos Alcance (Soylent Green, 1973). En un futuro posible, plantea la película, allá por el 2022, la Tierra está sobrepoblada, árida y deforestada, y es regida por una pequeña élite que controla la política y la economía, además de ser el único sector que tiene libre acceso a productos como carne y vegetales, agua potable y medicinas.
La única fuente de alimentación para el resto del mundo, que vive amontonado, sigue el argumento, son el Soylent Yellow y Soylent Red,basados en concentrados vegetales. Luego aparece Soylent Green, basado en plancton.
Las personas morían por montones en la calle, ya sea por hambre o enfermedad, y grandes grúas se dedicaban a recoger los cuerpos para transportarlos a fosas comunes, según decían las autoridades, por la falta de espacio.
Heston, en el papel de detective, intenta solucionar un asesinato para encontrar al final que la empresa Soylent y su producto, Soylent Green, eran un gran engaño. Soylent Green estaba hecho con los cuerpos que recogían de la calle, transformados en crujientes galletitas verdes con los que alimentaban a todo el mundo. Una referencia a esto la tenemos en la película Cloud Atlas, en la escena del barco en Corea del Sur.
¿Suena familiar el panorama que se plantea? Pareciera que vamos para allá. Desde 2013, el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF), aseguró a través de un estudio que el consumo mundial de recursos naturales superan lo que la Tierra puede renovar. En ese mismo año, durante un periodo de ocho meses, la humanidad consumió todos los recursos que la naturaleza puede producir en un año, asegura WWF.
El pasado 23 de abril, Día Mundial de la Madre Tierra, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dio otra alerta, diciendo que la tasa actual de consumos naturales es insostenible, para lo que se necesitaría un cambio urgente en las actitudes y políticas de todos los pueblos, invirtiendo más en energías sostenibles.
El Presidente de la Asamblea General de la ONU, John Ashe,aseguró que esta estrategia global “debe promover una firme ética medioambiental y enfatizar la interconexión de la humanidad con la naturaleza.
WWF menciona que algunas de las políticas públicas aplicables a ese fin podrían ser el ofrecimiento de un transporte público de buena calidad y menos contaminante, la construcción de ciclovías y el estímulo al consumo responsable.
Por su parte, la Secretaria General de WWF Brasil, aseguró que “mientras ello no ocurre, nosotros podemos hacer nuestras opciones recordando que nuestro planeta es finito, así como nuestra cuenta bancaria”.
Jim Leap, Director General del mismo organismo, remarcó el uso sostenible de los recursos naturales, pues "Para asegurarles un futuro limpio y sano a nuestros hijos, es necesario preservar el capital natural que nos queda y cuidar mejor al planeta al que llamamos hogar".
Una muestra drástica del deterioro de la Tierra es, por ejemplo, la pérdida anual de más de 200 mil toneladas de hielo tan sólo en Groenlandia. Michelle Thaler, científico de Centro de Vuelo Espacial de la base Goddard de la NASA, aseguró que el derretimiento de los glaciares acelera la subida en el nivel del mar a un ritmo de dos milímetros por año entre 1971 y 2010. Ésto es, agua no consumible que causará graves daños.
La Tierra puede alcanzar los 9 mil millones de habitantes para el año 2050 y la economía global consumirá cada vez más recursos narutales, aletra Achim Steiner, Subsecretario General de la ONU durante el informe del panorama ambiental de 2012. "Si continúan las actuales tendencias, si prevalecen los actuales patrones de producción y consumo de recursos naturales y no pueden ser revertidos, entonces los gobiernos presidirán durante niveles sin precedentes de daño y degradación", señaló Steiner.
Para el año 2050, asegura WWF, se necesitarán los recursos completos de tres planetas Tierra para atender las necesidades de la población;esto sin considerar que la salud de los ecosistemas ha decaído en más de 30%desde 1970.
Un ilustrativo ejemplo para comprender la enorme cantidad de agua que necesitamos para mantener nuestro ritmo de vida actual. Para conseguir un café servido en un vaso desechable son necesarios 140 litros de agua. Si le añadimos azúcar y leche, aumenta a 200 litros.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cambio climático puede dejar un severo daño económico dehasta 2% anual del Producto Interno Bruto para el año 2100, si las temperaturas aumentan un promedio de 2.5 grados. Lo anterior es muy posible, pues los actuales modelos sugieren que las emisiones de gases que producen el efecto invernadero podrían duplicarse durante los próximos 50 años.
Evidenciamos, así, que la ciencia ficción es casi profética, nos encargamos de hacer que la magia del cine se vuelva realidad, sin importar cuán oscura sea la historia que nos cuenten.
A ese ritmo, quizás terminemos consumiendo el único recurso que quede sobre la Tierra, nosotros, hechos galletitas; y quizás ni nos demos cuenta.
¡Soylent Green está hecho de gente!