martes, 7 de junio de 2016

¿CUMPLIRÁN LA PROMESA EN COMÚN?

Antonio Alonso
I.
Tras haber publicado 10 mil 38 de las 10 mil 61 actas capturadas a las 13 horas de este martes 7 de junio, el Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Veracruz muestra como virtual gobernador electo a Miguel Ángel Yunes Linares, del PAN, en alianza con el PRD,con 945 mil 560 votos; dejando en segundo a Héctor Yunes Landa, de la alianza PRI, Verde, PANAL, AVE y PC, con 839 mil 127 votos; y en tercero a Cuitláhuac García Jiménez, de Morena, con 721 mil 427 votos.
Hay que tomar en cuenta que hubo dos coaliciones, donde la encabezada por el PAN fue entre dos partidos y la encabezada por el PRI fue entre cinco. ¿Qué quiere decir esto? Los votos reales por cada partido son menores, y aún menos que en la elección para gobernadores del 2010, pues en esta ocasión el voto se repartió entre las distintas opciones.
En el 2010, la alianza PRI-Verde obtuvo 1 millón 112 mil 296 votos, y este año, la coalición PRI, Verde, PANAL, AVE y PC obtuvo 273 mil 169 votos menos. De aquí podríamos concluir que, de haber participado solos, varios de estos partidos habrían valido un cacahuate, como los que este año posiblemente perderán su registro en el estado de Veracruz por no alcanzar el 3% mínimo reglamentario para mantener su presencia, a saber: Partido Cardenista, Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo, Alternativa Veracruzana y Partido Encuentro Social.
Pero claro que se agarran hasta con las uñas de los pies para no irse, pues el dirigente estatal del Partido encuentro Social (PES), Gonzalo Guizar Vallardes, dice que quien pierde el registro son las delegaciones municipales de su partido, no el PES estatal.
En cuanto a la asignación de curules en la Cámara de Diputados del estado de Veracruz, de acuerdo con el resultado actual proyectado por el OPLE, queda de la siguiente manera: 15 para la alianza PAN-PRD, 6 para la alianza PRI, Verde, PANAL, AVE y PC, 8 para MORENA y 1 para el PANAL.
Suponiendo que este sea el resultado final, es evidente que las fuerzas políticas se cargan hacia una corriente distinta, lo que ya obligó a un cambio de paradigmas y discursos a los priístas, principalmente, tras más de 80 años instalados en la cámara.
El maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, define estos resultados como un “equilibrio de fuerzas” que obliga al debate y la negociación, donde los trabajos deben realizarse con respeto. Esperemos que así sea.
A su vez, la Presidenta de la Mesa Directiva del Congreso Local, Octavia Ortega Arteaga le dio una lección al PRI aplicando el “voto de castigo” pues, asegura, los priístas dejaron de hacer un trabajo de bases, derivando en la pérdida de los distritos electorales (pusieron a remojar sus barbas). Pero que redoblarán esfuerzos en la búsqueda de la autonomía financiera de la Universidad Veracruzana y el fortalecimiento del Instituto de Pensiones (lo que será la bandera política de muchos de los nuevos legisladores).
II.
Y sí, como dice la diputada local Octavia Ortega, los electores aplicaron el voto de castigo. No fue que quisieran votar por el PAN, el PRD, Morena, el PT, Juan Bueno, o el que sea. El objetivo fue castigar al PRI, y no por ser un partido malo, sino por lo que representa; ningún partido es malo, hay partidarios malos.
El politólogo José Antonio Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), dice que la corrupción movió a la gente a votar en contra del PRI en los estados que perdieron, “la gente se está yendo con la oposición, no porque la oposición sea limpia sino porque es la única alternativa a quien los está gobernando, pero lo que está dominando aquí es la corrupción”
Malos gobiernos, malos políticos, malos dirigentes que emanaron de ahí han fortalecido una imagen altamente negativa, cometiendo actos de corrupción, dándose la importancia, las atribuciones o los poderes que no les corresponden, castigando a la población que no les hace segunda, beneficiando sólo a unos, rodeándose de ayudantes y asesores que más bien perjudican, etcétera.
Y claro que no sólo en el PRI, sucede en varios partidos en todo el país, pero aquí nos interesa este caso pues es el partido con más antigüedad gobernando.
Conductas como las que describo, y cosas peores, han derivado en pobreza, desigualdad, bajos niveles de educación, insuficiencia alimentaria, pérdida de valores, participación en la delincuencia organizada, etcétera. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) 6 de cada 10 veracruzanos viven en la pobreza.
De 2010 a 2014, la población en pobreza extrema aumentó hasta en 22%. El rezago educativo actual es de más de 2 millones 220 mil personas, más de 1 millón 700 mil personas no tienen acceso a servicios de salud, hay más de 1 millón 345 mil personas que viven en condiciones indignas, pero 3 millones 200 mil personas no tienen servicios básicos en sus domicilios.
Y aunque esto haya sido responsabilidad de un funcionario u otro, quien siempre responde es la cabeza, en este caso el gobernador Javier Duarte y, por asociación, su partido (que ya se desentendió de él), el Partido Revolucionario Institucional. Pero Duarte siempre ha negado que Veracruz esté como está, y sus partidarios (sobre todo las juventudes priístas) sostienen ese mismo discurso, lo defienden, lo vitorean y lo vanaglorian; actitud que hizo que fueran partícipes de esas responsabilidades ante la mirada del ciudadano común
Así, muchas personas que viven estas carencias, más muchísimas otras indignadas por la situación de inseguridad que se vive, han demostrado su inconformidad de la manera en que pueden y como más les complace, algo así como una terapia para liberar sus emociones reprimidas, contra el partido, el político o funcionario de su preferencia para denostarlo, pues la ley lo permite dentro de la libertad de expresión, al menos en el Distrito Federal (artículo 287 del Código Penal del Distrito Federal).
Las redes sociales permiten esto, y sí es parte de nuestra libertad de expresión si el uso de calificativos sirve para externar nuestras ideas y emociones. Por otro lado, cualquiera puede opinar y decir lo que quiera, aunque se trate de una bajeza o estupidez, incluso debatir sin fundamentos. Y con que alguno de ellos se vuelva un líder de opinión, tenemos para que esa maquinaria de desinformación funcione, legitimando sus argumentos infundados y su actitud lasciva.
III.
Los malos dirigentes que se describieron arriba -de los que abundan y ensucian la reputación del partido y otros funcionarios y políticos que trabajan con decencia y rectitud-, desafortunadamente son también “opinólogos”, tienen que ver con todo lo que suceda y les gusta ser quienes toman las decisiones, muchas veces malas decisiones.
Entonces, actúan sin preguntar a sus asesores ni hacer consenso entre los militantes o los vecinos de las colonias, actuando de manera autoritaria y unilateral, sin conocer el beneficio o perjuicio real de realizar tal o cual acción.
Pero, ¿quién los pone en donde están? Algunos llegan por dedazo o por casualidad, mientras que otros son electos o llegan por su trabajo.
Recuerdo que, en la elección de diputados federales del 2012 platiqué con un amigo priísta acerca de los candidatos, mientras que yo escondía mi opción a elegir, le pregunté a él por quién votaría; me respondió que lo haría por Oliver Aguilar, extrañado le pregunté por qué y respondió, sin pensárselo dos veces, que porque es del PRI. De ahí no lo saqué, hasta que le pregunté que, si Oliver Aguilar no fuera candidato del PRI, votaría igualmente por él, y entonces respondió que no.
Mi amigo es un priísta fiel, pero una buena persona, sin embargo, obedece directrices como votar por el candidato oficial, sea quien sea. ¿Es que a la estructura no se le permite razonar sus acciones? Bueno, resulta que a veces castigan a los miembros del partido que “piensan diferente”. Por eso los del PAN se van al PRD y los del PRD al PRI, y así entre todos los partidos, “si aquí me tratan mal, allá debe ser mejor”.
En otra ocasión, en noviembre de 2015, se realizó un evento del entonces Senador Héctor Yunes Landa en el Salón Reinas del Club de Leones de la ciudad de Veracruz, al llegar con quien me había invitado busqué a mis amigos de la Red de Jóvenes pero no estaban, porque les instruyeron que no asistieran.
Demostrando con esto que esas mismas directrices desorganizadas fomentan el divisionismo en el partido, que se acentúa con las justificaciones sacadas de la manga que intentarían mantener un margen de institucionalidad.
IV.
Por todo lo anterior se lamen las heridas hoy. No hubo el trabajo unido que tanto presumieron. Y los que sí trabajaron se vieron opacados por quienes sólo llaman la atención, los que trabajaron en la guerra de lodo.
Lo peor fue el trabajo sucio y la campaña de contraste, los secuestros, extorsiones, llamadas telefónicas, videos y publicaciones en internet, volantes y folletos, carteles, lonas, muchos de ellos anónimos. Cuyo efecto no fue generarle votos al PRI, sino al PAN y, en el peor de los casos, la abstinencia que tanto anhelaron.
Ayer y hoy, muchos militantes del Revolucionario Institucional se lamentan la derrota, con más de 100 mil votos de diferencia y, de manera sensiblera, dicen que es una buena oportunidad de aprender y escuchar a la ciudadanía para ser mejores. ¿Qué no tuvieron esa oportunidad 80 años? El sector privado lleva toda la vida pidiendo que esto suceda, pero hasta a ellos ignoran y defraudan.
Otros dicen que están hartos de la desintegración y los comentarios negativos, sobre todo, hacia el partido, cuando lo único que hacen es pensar con mucho optimismo para publicar frases de Coelho en sus redes sociales, pero cuando era momento de hacer los argumentos reales para trabajar juntos se limitaron a decir que sí a todo lo que dijera su líder.
Es hora de construir instituciones políticas fuertes, sobre todo ahora, que se reduce la cantidad. Tienen que escuchar a la ciudadanía y trabajar con miras en el mejoramiento de las condiciones económicas, de desarrollo social y de infraestructura urbana. Deben depurar a sus miembros y combatir la corrupción y proyectarse con la transparencia que nuestra época requiere.
Pero sabemos que muchos sólo pensarán en cómo ganar la elección que viene, pues ese es su trabajo, que la envoltura sea bonita aunque el contenido no tenga forma.
V.
Esta elección estuvo llena de desinformación, las propuestas fueron poco claras toda vez que se enfocaron en atacar al gobernador y al candidato que llevara la delantera en las encuestas de opinión.
Hubo candidatos cuyas campañas no tenían forma, no hubo planeación ni estrategias de comunicación, donde el candidato decidía qué decir, cómo tratara a la gente, llevaba sus redes sociales él mismo. Todo un chilaquil.
Ejemplo real, el candidato del Partido Cardenista por el distrito XVII en Medellín de Bravo, Mariano Molina. Quien poco caso hizo a sus consultores y su electorado se resumía en un grupo religioso muy reducido, donde sus mensajes políticos eran plegarias o citas de la Biblia. Y, para acabarla de amolar, todo dentro de los municipios de Medellín, Cotaxtla y Soledad de Doblado, haciendo de lado más de 10 municipios.
Si le sumamos que en los debates la herramienta más fuerte fue soltar víboras y no plantear propuestas, y que su candidatura fue de berrinche, pues era un priísta de Boca del Río, buscó al PT en Veracruz y terminó en Medellín con el Cardenista, lo que dijera poco valía. Creyéndose un libertador y ganador de la elección desde el primer día, que tenía como únicas metas denostar a Carlos Sosa, candidato del PRI, y mantener el registro del Cardenista. Como este, hay políticos que tienen un clóset dentro de otro clóset. A personas así, que por desperdiciar la oportunidad y el presupuesto de campaña, sólo podemos llamarles de una manera, pendejos.
Pero el presupuesto de los partidos no viene sólo del sector privado, sino que hay un financiamiento por parte del gobierno, pero el tiempo en medios de comunicación es cosa aparte, sin costo para ellos. Ojo, también financiado con nuestros impuestos. ¿Le gusta a usted la idea de que sus impuestos hayan pagado el spot de mentada de madre de Nueva Alianza? ¿O las acusaciones de pederastía de Yunes Linares? ¿O la autopromoción de Andrés Manuel López Obrador?
VI.
Son muchísimas cosas las que se sumaron para que, este año, el porcentaje de abstinencia fuera de 46.38%, y se dieran menos de 79 mil votos nulos. Entre otras, la inseguridad y la creciente ola de violencia que se vivió estos dos meses. Algunos cálculos estiman que cada voto vale hasta 300 mil pesos, vaya desperdicio.
Debe promoverse la participación ciudadana en el proceso democrático, tienen que votar todos. Si algún candidato no les gusta y no tienen uno preferido, anoten el nombre en el recuadro adjunto o voten por un candidato de corriente contraria al que no quieren (el menos peor, si así lo quieren ver).
Esto es lo que podríamos decir que sucedió en Veracruz este domingo 5 de junio en las urnas. Algunos votaron por otro menos el que no querían, para ejercer el voto de castigo; y otros votaron por el “menos peor”.
Con los votos de quienes se abstuvieron, posiblemente el resultado habría sido diferente y, quienes hoy alegan que les robaron la elección, posiblemente habrían ganado, o alguno de los partidos que puede perder su registro permanecería en la escena. Quien sabe, la cosa puede ser distinta.
Hoy, MORENA dice rechazar el resultado preliminar, que da el triunfo al PAN con Miguel Ángel Yunes Linares, pues los resultados que ellos poseen apuntan en otra dirección donde la ventaja real del PAN es de 0.56% y no de 8% por encima de MORENA.
¿Se imagina a Movimiento Ciudadano como el ganador? ¿O al PT y el Cardenista empatados en primer lugar? Las posibilidades de una participación al 100% son ridículamente variables.
VII.
De momento, poco se sabe del paradero del gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa; quizás temeroso del resultado y la promesa del Yunes azul, mismo destino que podría esperarles a los gobernadores de Chihuahua y Quintana Roo.
De acuerdo con algunos analistas políticos, el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones es señalado como responsable de la derrota del PRI en los estados de Veracruz, Chihuahua, Puebla, Durango, Tamaulipas, Aguascalientes, Quintana Roo, por lo que ya no es elegible para la presidencia de la República en 2018. Por lo que Luis Videgaray y Osorio Chong ya pueden aparecer de nuevo a cuadro para perfilarse y aparecer en la lista de presidenciables, y dejar descansar a Aurelio Nuño, quien fue el único que recibió golpes los últimos dos meses.
Tengo que añadir que el blofeo de Fidel Kuri, de que se iban los Tiburones de Veracruz fue sólo eso, un blofeo; se trató de un truco para orientar a votar por el PRI, y esa actitud está penada en el código de conducta de la FEMEXFUT y posiblemente le quiten la concesión del equipo.
De momento, lo que sabemos es que quienes se sirvieron y no sirvieron a la ciudadanía rendirán cuentas a partir de que tome posesión el nuevo gobierno, del partido que sea, pues esa fue una promesa universal de los candidatos.