lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Burócratas o Académicos?

Por Manuel H. Naranjo


México,D.F,Lunes 14 de Septiembre de 2009

Aquello es una Academia de Corte y Confección, que produce textoservidores-cagatinta y cronistas de sociales. Hay excepciones, no muchas desafortunadamente. Algunos chicos valiosos, la gran mayoría tranzas, chayoteros, soflameros, eso sí, con ínfulas de genios, repetidores de consignas, gana panes, indiciados por la fama pública como cómplices de la delincuencia organizada.


Este cuento de la Comunicación, yo diría que de la Información, es 50% oficio y 50% formación académica, seria, formal, puntual.


El ideal sería tener en esas escuelas un profesorado de Alto Nivel, permítame el ejemplo, como sucede en algunas escuelas de Derecho, la Libre allá en Veracruz, donde los académicos son Magistrados de Tribunales Colegiados, Jueces de Distrito y, no como en la Facultad de Derecho de la UV que opera como lo que es una instancia burocrática, que produce desempleados y pendejos. Del tipo de “académico” que sigue pensando que el Auto de Formal Prisión es la patrulla.


El viernes 11 sentaron en el banquillo de los acusados en la FACICO al estudiante que acusan de agitador.


Por sus manifestaciones de inconformidad.


De entrada ese pequeño segmento del estudiantado, rechaza la Certificación y/o Acreditación “que se fundamenta en información falsa ---como un centro de computo que da pena, una docente de la que vale la pena dar la vida por el 20%, una maestría en la que no hay maestros ni plan de estudios--- con el firme propósito de contar con un papelito ---que no se hará valer sino hasta dentro de cuatro años--- y un presupuesto que se empleará en pintura nueva para las bancas del auditorio que, por cierto nadie ---nunca--- limpia porque no están contempladas dentro del contrato sindical y, que además mancha el trasero de quién se siente ahí, etc., etc”

La chamacada lanza asertos contundentes “Con el tiempo, hemos analizado y evaluado a voces la situación en la Facultad, sin embargo, con temor a represalias por hacerlo público; a saber: calidad docente, atención a estudiantes, servicios de cómputo y equipo audiovisual, etc., etc”


Y… no es todo, ese adjetivo indilgado a la FACICO por los “agitadores”, resulta un recordatorio maternal, le dicen INCOMUNICADA e INCOMUNICADORA.


A los que medran a expensas de la FACICO no les hizo ninguna gracia que los “agitadores” recalquen “la pérdida de identidad entre los estudiantes universitarios, al grado que no van a la Universidad, sino a la Escuela; la pérdida de la cultura periodística y la creación de un perfil profesional a partir del primer semestre”

Las evidencias explican el criterio estudiantil. A pinche mil chicos, los farsantes de la FACICO, los que se plantan frente a grupo, los han mandado a la calle ha hacer el ridículo.


Desde aquella generación compuesta por Miguel Guevara, José Pablo Robles, Isabel Zamorano, Ana Cristina Peláez, Nacho Oropeza y “El Pipián” mi querido Luis Velázquez, hubo un bache inmenso, la producción de profesionales de la Información decayó; hasta el egreso de otro pequeño grupo: Raymundo Jiménez, la Ruz Avila y dos o tres más; pasó mucho tiempo para que egresaran Carolina Navarrete, Regina Martínez, Mireya Cuellar, Sergio Melgar, Andrés Timoteo y dos o tres más.


Si lo que sobra es talento, entonces la culpa es de los “académicos” que mal forman profesionales.

¿Por qué Academia de Corte y Confección?


Patricio Pérez Pintado, un oaxaqueño de nacimiento y jarocho por adopción, con dos o tres chelas pa’bajar el calor y después media docena de guiskis, en las servilletas del bar La Gracia, redactaba la nota de sociales: “Ante los pies del Santísimo, la agraciada joyita ---una negra, gorda, grasienta, sudorosa, chaparra, patizamba que caminaba como Chita--- hija de connotado matrimonio, recibió de manos del reverendo Presbítero la Sagrada Eucaristía; para tan solemne ocasión portó un elegante vestido de Charme rosa mexicano, con moños tornasoles en las trenzas y zapatillas de raso, color verde La Boticaria”. Miembro de la peña de La Gracia, cuando el Chori era el cantinero y todavía funcionaba en la avenida Zaragoza casi esquina Canal, Alfonso Valencia Ríos de El Dictamen, se levantaba a gritos pedía la cuenta y repetía el mismo rollo de todos los días: “Señores, les voy a invitar una tanda, pero antes, bola de cabrones, chinguen a su madre”. El viejo se despedía a carcajadas, moviendo la cabeza y repitiendo como todos los días: “Tienen razón”


Haciendo un recuento de Medios impresos y audiovisuales en el estado, de norte a sur: La Opinión de Poza Rica, La Opinión de Martínez de la Torre, El Gráfico de Martínez dela Torre, Diario de Xalapa, Gráfico de Xalapa, AZ, Política, Marcha, Dictamen, Notiver, los dos diarios cordobeses, Diario del Istmo, El Liberal, Sotavento, El Diario y, La Opinión, ninguno es dirigido por egresados de la FACICO; Telever y Azteca Veracruz, están la misma condición; Acir, Avanr

adio, Grupo FM y la excepción Radio Núcleo Oro, con Betty Zavaleta egresada de la FACICO, son parte de lo mismo.


Muchos de los egresados de la FACICO son fotógrafos, tan malos que retratan muertos y les salen movidos.


En la FACICO todo es teoría, teoría y teoría. Los impartidores son burócratas izquierdosos que maman de la ubre gubernamental. La mayoría son simples asalariados. Por sus propios medios, incapaces de producir, cuando menos, lo que se tragan. Son parte de la nociva especie de los presupuestívoros. Que ahora dan clases de moral, pero que apenas ayer, dentro las aulas le pegaban duro y tupido a la mariguana.


¿Los nombres? . Que se los diga Nacho Oropeza, son de los notables de la FACICO, los que hasta ayer regenteaban la Facultad de Ciencias de la Comunicación.


En nada les ayuda, pero un abrazo a los “agitadores”.

viernes, 18 de septiembre de 2009

DARWIN Y LA UV

Por Carlos Villarreal, en Al Calor Político.

MINUCIAS EN LA VIDA: Lo menos es callar

Genaro Aguirre Aguilar.

Por alguna extraña razón que no alcanzo a comprender, históricamente si un joven o grupo de jóvenes toma la decisión de “alzar su voz”, como reza un comercial televisivo que invita a la ciudadanía a no “callarse”, en la mirada de algunos adultos y en especial en sus lógicas de pensar o actuar, siempre “debe” de haber alguna “mente maquiavélica”, pues de otra forma no entienden y menos aceptan la autonomía para actuar por cuenta propia de quien es joven.

Sería motivo de risa, si esto no estuviera ocurriendo en el presente, pues si bien es cierto estamos siendo testigos de una apatía endémica en torno a la participación y la toma de decisiones responsables para posibilitar destinos mejores, existen jóvenes conscientes y responsables como para decidir levantar la voz. De allí que lo menos que debemos hacer los académicos, en especial aquellos interesados en entender a estas nuevas generaciones, es condenar, desacreditar o ignorar posicionamientos de esta naturaleza.

Algo así pudo pasar con el escrito y el posicionamiento estudiantil que tuvo Antonio Alonso junto a un grupo de estudiantes de la facultad de Comunicación de la UV, quienes han sido requeridos por las autoridades universitarias tras haber hecho público lo que puede entenderse como un manifiesto académico que pone en entredicho algunos aspectos de la gestión académica en su entidad académica.

Lo que menos esperamos que ocurra es la persecución contra alguien que piensa distinto, después de todo en una de los principios de la libertad de expresión en sociedades democráticas, cuanto más en una universidad donde la premisa debe ser precisamente el pensamiento plural y diverso, después de todo es la voz de un estudiante destacado, comprometido y responsable de coordinar los trabajos de un grupo universitario con una agenda de trabajo tras de sí que puede presumirse.

Como decía un viejo amigo, esperemos que quienes piensan que mascar chicle y caminar al mismo tiempo no se puede, reconozcan hay una responsabilidad asumida por parte de este joven, pues lamentable sería dudar de su capacidad de discernimiento, de conciencia o claridad en torno a lo que dice; menos en estos tiempos cuando la universidad estudiantes comprometidos y conscientes de su responsabilidad frente a la sociedad y su futuro profesional.

En todo caso valdría preguntarnos: ¿podemos desdecirlo del todo?

MINUCIAS EN LA VIDA: De rumores en la iniciación universitaria

Genaro Aguirre Aguilar


Qué pudieron sentir los padres de familia de los jóvenes que tuvieron la oportunidad de ingresar a la Universidad Veracruzana. No lo sabremos pues son experiencias sobre las cuáles difícilmente se tiene información. Como tampoco podremos conocer de cerca lo que pudo sentir un estudiante universitario cuando el primer día de clases, alguna maestra o profesor, además del consabido saludo de bienvenida los recibió con una expresión parecida a esta: “no se preocupen, yo no sé absolutamente nada de la materia que les voy a impartir.”

Quizá la incredulidad, la sorpresa, las dudas y en algunas ocasiones, la incomodidad, pues si bien es cierto puede haber docentes universitarios dueños de una descomunal desfachatez confundida con candida honestidad, un acto como éste, terminaría por delatar la incompetencia para coordinar los trabajos de una experiencia educativa por la que recibirá una remuneración que, además, representaría una falta de probidad por parte de ese profesor o profesora.

Decimos esto, porque en tiempos como estos, cuando la UV ha obtenido un alto porcentaje de programas acreditados, con una fuerte inversión en el fortalecimiento de su infraestructura, así como la capacitación de su planta docente, no puede haber cabida a expresiones de esta naturaleza.

Y ello también por la congruencia que priva en sus instituciones y entidades académicas, pues tras un transparente proceso de selección y asignación de cargas académicas, donde se cuida especialmente el perfil institucional para tener derecho a ser evaluado; por lo que frente a los estudiantes suelen estar los mejores profesores.

Así que podemos estar tranquilos, pues no dejará de ser un «sucio rumor» si alguien en cualquiera de las facultades universitarias dice fue testigo de un caso semejante; cuanto más si quien lo asegura, lo supo de un tercero.

Por todo ello, tanto padres de familia como nuestros estudiantes pueden descansar en paz, que eso no suele ocurrir en una casa de estudios como nuestra UV. Y si llegara a ser cierto, esperamos haya sido sólo una táctica de iniciación para relajar los ánimos.