domingo, 30 de agosto de 2009

EL HUBIERA SÍ EXISTE (versión resumida)


Por Antonio Alonso.


Y, ¿si éste texto no hubiera sido escrito? Quizás nunca te darías cuenta de lo siguiente: el hubiera sí existe. Muchas personas califican de incorrecto el empleo del hubiera; incluso se desesperan cuando, después de escuchar un cuento, los niños preguntan: ¿qué hubiera pasado si…? Lo que no saben es que ésta pregunta propone una realidad alternativa, mejor o peor, como cuando contamos una historia, leemos un libro o vemos un anuncio publicitario; por ejemplo, ¿qué habría sido de Cenicienta si no hubiera perdido su zapatilla?


Al cambio en la historia desde un punto le llamamos ucronía ó historia contrafactual, esto es, cuando el la línea de la historia se propone un punto de quiebre, un cambio en un factor determinante que permita que el evento suceda de un modo diferente al que ocurrió. Contrafactual es contrario o diferente a los hechos.


La pregunta “¿qué hubiera pasado si…?” tiene un rigor académico, empleado por historiadores como Niall Ferguson, que nos permite comprender la importancia de que un hecho en particular haya ocurrido del modo en que sucedió. Así, la premisa contrafactual debe ser interesante, desde el punto de vista histórico; por lo que no tendría sentido preguntar lo que habría ocurrido si Hitler hubiera tomado café en lugar de té antes de suicidarse, sin embargo, podemos especular sobre la posible muerte de Hitler en el atentado de Julio de 1944.


La historia contrafactual se traduce en literatura fantástica y ciencia ficción como, por ejemplo, la novela El Hombre en el Castillo, de Phillip Dick, o el videojuego Turning Point: the fall of liberty. Ambos, plantean un mundo en que los países del Eje ganan la contienda de la Segunda Guerra Mundial, tras una temprana derrota de Estados Unidos; por otro lado, conservan algunos toques, por ejemplo los neoyorkinos integrando un cuerpo civil de resistencia o los japoneses y alemanes entrando en un período de guerra fría, tras el desarrollo de tecnología nuclear y espacial.


El punto contrafactual lo encontramos en el fallecimiento temprano de dos personajes históricos que promovieron la intervención en Europa, Churchill y Roosevelt, lo que evitó que el Eje detuviera su avance sobre el continente y la Unión Soviética, así como el desarrollo de su tecnología bélica.


El planteamiento del hubiera no se queda en un segundo plano. Con la llegada de las nuevas tecnologías de comunicación e información (TIC´s), se abren nuevas puertas para la interacción personal, directa o anónimamente; esto es, las comunidades virtuales (MySpace, Facebook, Sonico, Second Life o The Sims).


Así como en la vida real podemos mostrarnos tal como somos o fingir sobre nosotros mismos, también podemos hacerlo en éstos espacios. ¿Cómo? Publicando un perfil con fotografías fieles a la realidad, modificadas o falsas, en ocasiones, ni siquiera propias; cuando hablamos de estatura, complexión, gustos, hobbies, etcétera.


Y, ¿si yo fuera así?, nos preguntamos antes de empezar; es el comienzo de una segunda vida, pues buscamos otro tipo de amigos, experiencias diferentes, nos atrevemos a cosas que, en la vida real, no haríamos.


El hubiera no es solo una conjugación, sino la salida a una realidad alternativa. Nos acerca al conocimiento, quizás de forma romántica, de las cosas como nos gustaría que fueran.


Es la ruta de escape para los pueblos oprimidos, para las mentes atrapadas, para los grandes intelectos creativos limitados por cualquier razón.


¿Qué habría pasado si nadie usara el hubiera? Nunca digan que el hubiera no existe. Siempre lo usamos.


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